Dos rubias estaban jugando al bingo. Una rubia se pasaba continuamente mirando el cartón de la otra, diciendo, “ya tienes ese número, márcalo, ya tienes ese otro, márcalo”.
Después de soportarlo por un rato, la primera rubia perdió la calma y le dijo “¿¡¡por qué no miras tu propio cartón!!?”, a lo que la otra respondió “no puedo, ¡está lleno!”.
Ahh, para aclarar, no tengo nada contra las rubias…