Estaba un mudo pasando la tarde en el bingo, cuando de repente se queda a un número para bingo, que justo al momento aparece en la pantalla.
El mudo se pone a aplaudir, y la vendedora le dice: Shhhhh! Silencio.
Las bolas seguían pasando, y el mudo, en su intento de llamar la atención, se sube a la mesa y empieza a hacer gestos con los brazos, pero nadie le hacía caso. Viene el jefe de sala a llamarle la atención, justo en el momento en el que canta otra persona.
El mudo, indignado, le enseña el cartón, y el jefe de sala se da cuenta de que tenía bingo, y le dice:
¡Haberlo dicho antes hombre!